Profesores evalúan su experiencia en curso ICEC

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Profesores evalúan su experiencia en curso ICEC

Por Denisse Espinoza Ramos
El pasado sábado 05 de diciembre los profesores que asisten al curso de Indagación Científica para la Educación en Ciencias (ICEC) tuvieron su quinto día de clases presenciales sobre los módulos “Generación de comunidades”, “Investigación en el aula” e “Indagación científica” en las instalaciones del Campus Curauma de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Aprovechamos la ocasión para conversar con los docentes y conocer su opinión respecto al desarrollo del curso y sus expectativas para los meses venideros.

¿Qué los motivó a inscribirse en este curso?

Kenya Cataldo del colegio Padre André Coindre de San Antonio: “El perfeccionarse, lograr tener otra visión y ampliar nuestro conocimiento. La idea es obtener otras prácticas distintas a las que uno maneja, obtener otras herramientas pedagógicas para poder bajarlas al colegio y poder llevarlas a cabo, si es que lo permiten”.

Francisco Moreno, de la escuela Poeta Pablo Neruda de San Antonio: “Yo creo que uno se inscribe en el curso por las ganas que tenemos de mejorar y poder tener herramientas para ir haciendo las clases con más expertis, con innovación. Ahora, también hay que reconocer que la entidad que imparte el curso es importante. Yo pregunté quién hacía el curso. Me dijeron que la Católica, entonces decidí tomarlo. Al menos para mí eso pesa. Si hubiera sido otra institución, quizás no hubiera tenido tiempo o lo hubiera pensado más”.

Johana Meléndez, del colegio Presidente Aguirre Cerda de Cartagena: “Por mi parte, lo me motivó fue aprender más sobre didáctica porque en el postitulo enseña los contenidos, pero no profundiza en términos de didáctica”.

Jimmy Santander, del colegio Gabriela Mistral de La Ligua: “Perfeccionarnos, tener más herramientas, conocer qué es la didáctica más a fondo, cómo desarrollar la indagación correctamente, no como nosotros pensamos qué es, generar comunidades de aprendizaje e interaccionar con colegas de diferentes realidades”.

¿Qué evaluación hacen del curso ICEC?
Alejandra Alarcón, del colegio España de San Antonio: “La evaluación es buena porque las clases han sido didácticas, motivadoras, lúdicas y hemos aprendido bastante sobre la ciencia. Algunos de nosotros no teníamos varios conceptos pedagógicos muy claros, por lo que nos ha servido bastante para aclarar nuestras prácticas”.

Rodrigo Flores, de la escuela Palestina: “Muy motivadoras, ha ayudado a conocer otras realidades porque somos de diferentes partes de la región, inmersos en el mismo sistema pero no nos conocíamos. Igual han sido fuertes las clases porque han sido muy compactas con relación al tiempo. Un día de clases es muy cansador, agotador, pero muy enriquecedor. Si no tuviéramos la motivación no vendríamos los días sábados a esta hora”.

¿De qué manera considera que el curso ICEC ha aportado a sus prácticas docentes?
Francisco Moreno, de la escuela Poeta Pablo Neruda de San Antonio: “Por ahora, nos ha permitido más reflexionar que llevarlo a la práctica. De todas maneras, nos ha servido porque ha removido algunas prácticas que, quizás, no estaban bien desarrolladas. Nos hecho darle una vuelta”.

Fanny Godoy, de la escuela Poeta Pablo Neruda de San Antonio: “A mí me ha despertado hartas inquietudes, he vuelto a posicionarme de mi práctica. Me ha inspirado a ampliar mi conocimiento y mi curiosidad por la ciencia”.

Johana Meléndez, del colegio Presidente Aguirre Cerda de Cartagena: “Mejora las prácticas porque hemos adquirido nuevas herramientas, ahora tenemos mayores instrumentos para poder aplicar los aprendizajes en el establecimiento con los niños y poder vincularlos a los nuevos conocimientos que se están pidiendo desde el ministerio de Educación”.

En esa misma línea, ¿hay alguna clase o actividad en particular que destaquen?
Ximena Madariga, de la escuela Gabriela Mistral de La Ligua: “Hubo una clase de Indagación científica en que realizamos un trabajo en papel, en el fondo, un plegado que nos servía para ver cómo se desplazaba una hélice. Fue un trabajo súper fácil de hacer y que podemos aplicar a diario con los chiquillos. Esas son las clases que uno necesita para poder trasmitirles los conocimientos a los niños”.

Jimmy Santander, del colegio Gabriela Mistral de La Ligua: “En general, todas las clases han sido buenas porque nos dan espacio para que podamos expresar nuestras ideas e inquietudes”.

¿Creen que cursos como ICEC contribuye a la valoración de la ciencia en la educación?
Fanny Godoy, de la escuela Poeta Pablo Neruda de San Antonio: “El curso ha despertado en nosotros la inquietud de mejorar nuestras prácticas lo que contribuye directamente al posicionamiento de las ciencias. Por ejemplo, hoy hablamos del uso del laboratorio en las escuelas y esa es una práctica que nos hace darle a la ciencia la importancia que se merece dentro del curriculum. Siempre se habla de Matemáticas y Lenguaje y la Ciencia es el hermano chico. Eso hay que cambiarlo”.

¿Cómo ha sido la experiencia de compartir con profesores de educación parvularia, básica y media?
Alejandra Alarcón, del colegio España de San Antonio: “Ha sido bastante provechoso porque sirve para preguntarles cómo trabajan ellos, cuáles son las metodologías que han usado, cómo les ha resultado. Eso yo encuentro que es buenísimo, el intercambiar experiencias”.
Jimmy Santander, del colegio Gabriela Mistral de La Ligua: “Yo creo que la transversalidad es lo importante, porque la ciencia parece abstracta y así podemos ver cómo se va aplicando en la educación parvularia, básica y media. Nos ha permitido notar que la ciencia es muy dúctil, que se puede manejar en diferentes situaciones”.

Alejandra Alarcón, del colegio España de San Antonio: “Y es que, en general, una cosa bien importante ha sido el grupo curso, que pareciera ser bien selectivo y bien buenos. Todos tratan de ayudarse, se apoyan, no hay grupos. A pesar de que estamos trabajando en grupos por colegios, todos participan en todo. Ya hay un nivel de confianza y los profesores también han sido más amigos que profesores”.

Jimmy Santander, del colegio Gabriela Mistral de La Ligua: “Muchas veces sucede que cuando uno llega a una comunidad de un colegio, uno es como el bicho raro y tiene que adaptarse a ellos porque ellos no se va a adaptar a ti. En cambio acá, como todos éramos bichos raros, todos nos tuvimos que apoyar entre todos y eso ha hecho que la convivencia sea muy buena. Ha sido una experiencia de aprendizaje transversal”.

¿Qué expectativas o desafíos surgen para lo que queda del curso?
Rodrigo Flores, de la escuela Palestina: “La comunidad de aprendizaje es algo desafiante porque está en boga, es un buen método para trabajar, pero ¿seremos nosotros capaces de generar una buena comunidad y eso llevarlo a nuestras propias comunidades educativas? Entonces, esa es la expectativa, saber si vamos a poder hacerlo o no. Yo creo que si lo logramos va a ser súper bueno, pero es un trabajo duro y que depende del apoyo concreto que tengamos en nuestros colegios”.

Johana Meléndez, del colegio Presidente Aguirre Cerda de Cartagena: “Yo creo que lo que busca este curso es transversal a todos los contenidos y objetivos de aprendizaje que se puedan tener en los distintos establecimientos. Si uno desarrolla la indagación, el pensamiento crítico o el pensamiento reflexivo aporta a todas las áreas, no solamente a ciencias. Si se pueden establecer comunidades de aprendizaje en un establecimiento educacional, se logra mejorar las practicas de todos los docentes, no solamente de los que estamos acá. Si se logra implementar esto en el colegio se puede generar un impacto brutal. Yo creo que uno de los miedos es, efectivamente, si a través de nuestros tiempos limitados vamos a ser capaces de llevar a cabo este desafío”.

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