Profesores ICEC, una apuesta por el trabajo en comunidad

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Profesores ICEC, una apuesta por el trabajo en comunidad

Por Denisse Espinoza Ramos

Generar comunidades de aprendizaje a nivel regional, comunal y de escuela entre los profesores es uno de los principales objetivos que persigue el programa de Indagación Científica para la Educación en Ciencias, planteamiento que busca potenciar la autonomía de los docentes participantes. Es por ello que el equipo de ICEC PUCV se ha preocupado de desarrollar un trabajo de seguimiento continuo con los pedagogos una vez finalizada las clases formales, el que ha permitido acompañar a los docentes en las inquietudes y dificultades que se les han ido presentando en su camino.

“El sentido del seguimiento es que se puedan levantar con los profesores propuestas de trabajo que sean de interés para las comunidades que están conformando y así poder potenciar la enseñanza de las ciencias y propiciar continuidad. Se ha puesto especial énfasis en que las metas sean concretas, modestas y realistas para asegurar que sean sostenibles y mejorables en el tiempo. Como equipo queremos facilitar el proceso de acompañamiento incluyendo, en caso que sea necesario, especialistas que colaboren en el cumplimiento de alguno de los objetivos sentidos por los docentes ICEC”, señala el psicólogo José Luis Pérez, quien, junto al profesor de Biología y Ciencias Naturales Gabriel Caro conforman el equipo a cargo del seguimiento de trabajo de las comunidades de aprendizajes.

El proceso, que se extenderá por todo año 2016, ha consistido en dos modalidades de encuentros entre los docentes: por un lado, una reunión semanal en cada una de las comunidades, esto quiere decir, escuelas, comunas e incluso intercomunales; y por otro, una reunión mensual que reúne a todos los profesores participantes en la Casa Central de la PUCV.

“A una de estas reuniones semanales asiste una vez al mes un representante del equipo de seguimiento de la universidad. En ella recoge inquietudes y necesidades y con ello se prepara la realización de la reunión mensual que se realiza con todos los docentes participantes del primer programa ICEC-PUCV. Estas reuniones mensuales ampliadas se llevan a cabo los días sábado desde las 10 hasta aproximadamente las 15 horas. En ellas, además de ser una importante instancia para compartir, se toman las decisiones que guiarán el trabajo y se comparten los avances de cada comunidad particular, con la finalidad de generar nuevas ideas de manera colectiva, aunar fuerzas y establecer nuevos desafíos. Creo que hacer un acompañamiento en la comuna y escuela en donde trabajan a diario los profesores, tiene un impacto mayor porque implica considerar los espacios, los tiempos y el contexto en que cada profesor quiere concretar los distintos objetivos que cada comunidad se plantea”, contó Gabriel Caro.

Existen en estos momentos seis comunidades formadas, las cuales se encuentran trabajando temáticas como, por ejemplo, el instalar habilidades científicas en educación parvularia, la utilización del contexto natural de los establecimientos para enseñar ciencia, la realización de espacios de mentoría de estudiantes secundarios a párvulos y estudiantes de primer ciclo básico en las asignaturas de ciencia, entre otras.

“Creemos que el periodo de seguimiento de la comunidad es tan importante como la implementación misma del programa, pues nos dará pistas como universidad de qué se debe hacer en un proceso formativo para propiciar continuidad, además nos ha permitido identificar liderazgos y quizás lo más importante una comunidad que podría continuar por mucho tiempo”, enfatizó José Luis.

Generar comunidades, un desafío permanente

Comenzar a trabajar en comunidades es un trabajo complejo, que ha presentado más de alguna dificultad a los docentes ICEC, y es que en sistema acostumbrado al trabajo individualista y ensimismado como el educativo, apostar por valorar el encuentro con el otro ha resulta bastante trasgresor.

“Los profesores estamos acostumbrados a trabajar de manera aislada, a ser un poco egoísta, nos encerramos solo en nuestra clase, entonces, abrir esos espacios es complejo porque exige que las personas desde sus diferencias pongan su granito de arena. Hoy tenemos que ponerles movimiento a estas capacidades”, reflexiona Verónica Vera, profesora del colegio Padre André Coindre de la comuna de San Antonio.

Los docentes ICEC de dicho colegio cuentan con dos planes de acción. “Hay uno que significa retomar estos nueve meses de estudio y presentarlos a todos los profesores del colegio con los temas más interesantes que tuvimos en el programa. Como el volumen de la información es bastante, creo que este trabajo lo vamos a terminar en 2017. Por otro lado, el otro proyecto consiste en un programa de Ciencias para pre-escolar, que está articulado con primer ciclo básico. En este momento estamos analizando los programas de estudio de pre-básica y primero básico para poder hacer un cruce y lograr articular los contenidos, cosa que nunca se ha hecho por lo que es un proyecto bien ambicioso. Es así como estos proyectos se juntan y comenzamos a darle fuerza a las comunidades de aprendizajes incorporando a otros profesores que se encuentren interesados”, indicó Verónica.

“Las comunidades de aprendizajes no es un concepto nuevo, pero creo que se está trabajando desde una mirada nueva a partir de ICEC. Siento que nos queda mucho por andar para lograr decir que somos una comodidad de aprendizaje. Es un tema con el que hay que re-encantarse. Yo creo que el camino es largo, pero no imposible. Tenemos el apoyo de nuestros facilitadores, tenemos las ganas y tenemos nuestros planes de acción. Pienso que esto va caminando, pero todo va a depender de nuestro profesionalismo, de nuestra entrega y de las relaciones que sigamos manteniendo con los profesores y el equipo de ICEC. Sé que algunos colegios han tenido dificultades, pero insisto en que todo eso se debe a este reencuentro que hemos tenido con las comunidades de aprendizaje. En nuestro caso contamos con un director que nos ha apoyado en todo”, finalizó la profesora de San Antonio.

En tanto, los profesores de la escuela Poeta Pablo Neruda de Isla Negra se encuentran trabajando junto a los compañeros de El Tabo y Cartagena, logrando así dar vida a una comunidad intercomunal.

“Como comunidad estamos funcionando súper bien, estamos aplicando todo lo que hemos aprendido, Gabriel nos ha estado acompañando. Como tema a trabajar estamos enfocadas en los laboratorios, que en la escuela se está incorporando fuertemente, y el tema medioambiental, en que El Tabo se empieza a interiorizar. Por el momento, vamos a compartir experiencias y estamos trabajando en distintos proyectos de muestras y ferias científicas que vamos a realizar entre todos. Con el colegio no hemos tenido problemas. Es más, ahora estoy trabajando en otra escuela, lo que nos ha servido harto porque nos permite afianzarnos como comuna”, manifestó Fanny Godoy, profesora que ingresó a ICEC siendo parte de la escuela Poeta Pablo Neruda.

Por su parte, Karen Johnson, Neria Ahumada y Cecilia Zamora, profesoras ICEC del liceo municipal Luis Laborda de la comuna de Hijuelas, ubicado frente al cerro La Campana, están realizando un esfuerzo por incorporar en mayor grado el privilegiado territorio que las acompaña a sus clases, con, por ejemplo, con salidas pedagógicas desde pre-escolar hasta enseñanza media, con la finalidad de mejorar la enseñanza y aprendizaje de las ciencias mediante la indagación científica.

“El director nos pidió cambiar el proyecto que teníamos al principio y empezar a trabajar con el cerro La Campana que Hijuelas es una comuna protegida por la biosfera, así que tuvimos que reinventar todo y espero ser yo, con mi curso, quien realice la primera muestra de indagación científica en el colegio”, contó Karen Johnson.

“La verdad es que ha sido un trabajo bastante complicado hasta ahora porque no tenemos los espacios, no tenemos las horas… ¡no tenemos nada! Y si seguimos desarrollando este trabajo es porque nosotras queremos hacerlo, fuera de nuestro horario de trabajo, y eso es agotador. Es algo tedioso porque después de la pega, de estar todo el día con los niños, tenemos que volver a juntarnos y ver qué vamos a hacer en nuestro poco tiempo libre. Vamos como caracol, pero sé que paso a paso vamos a poder lograr algo”, agregó la docente.

En el cerro La Campana también se encuentran trabajando los profesores Pablo Manzano y Daniel Acosta de la escuela Los Maitenes de Limache, quienes han desarrollado un proyecto de indagación sobre investigación e indagación en dicho sector, recolectando muestras para analizarlas en laboratorios.

“En nuestro colegio tenemos disponibles las horas para trabajar en la comunidad de aprendizajes, lo que nos ha permitido articularnos bien con mi compañero Daniel y hasta hemos incorporado a unos colegas de primer ciclo que también hacen Ciencias. Hemos elaborado un proyecto que queremos hacer en dos o tres cursos. Queremos realizar una investigación macro para llevarla al resto de los profesores y vean lo que es la indagación in situ. O sea, mostrar lo que es el trabajo en terreno, para luego sacarlo a otros colegios de la comuna”, dijo Pablo Manzano.

“En la comuna de Limache tuvimos un acercamiento con profesores de Ciencias de varios colegios, fue una experiencia bonita, pero como primera vez funcionó más como una catarsis de los problemas a los que nos enfrentamos. En cambio, ahora la idea es mostrarle algo que se hizo, que es real. Por eso, la idea de nuestro proyecto es dejar algo listo que para que los demás lo hagan. Ahora estamos articulando un proyecto con los profesores ICEC de Calera, Hijuelas y Limache, nos falta poner fechas para reunirnos, así que las comunidades están funcionando. No tengo ninguna queja sobre mi colegio, tengo las horas disponibles, y creen en el trabajo en comunidad, se dan cuenta de lo importante del poder que tiene trabajar en comunidad para lograr mejorar los aprendizajes”, agregó.

El impacto de ICEC PUCV

Más allá de las dificultades que se les han presentado a los educadores que participan en el programa de Indagación Científica para la Educación en Ciencias que imparte la Facultad de Ciencias de la PUCV, éstos han logrado incorporar a sus prácticas pedagógicas la visión de la enseñanza que promueve el curso de formación continua y poco a poco desarrollando proyectos junto a otros profesores. En ese sentido, el trabajo en comunidades de aprendizaje “tiene la fortaleza de acompañar a los profesores en la generación de espacios o plataformas en que puedan trasladar el impacto de su aprendizaje a otros, tanto a los mismos colegas como a la comunidad en general”, contó Caro.

Un ejemplo de aquello es lo que ha pasado con Jessica Espinoza, profesora de la escuela básica Las Cruces de la comuna de El Tabo, quien luego de cursar el programa ICEC se atrevió a participar en el concurso “Soluciones para el futuro” que organizan Samsung y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. La iniciativa se dirige a alumnos de entre 5°año básico y 3°año medio de colegios que cuenten con financiamiento público e invita a los docentes a presentar un proyecto científico creativo que busque “cambiar el mundo”.

“Gracias a ICEC se me abrió un mundo nuevo, ahora tengo otra visión que hace que sea más crítica frente al aprendizaje que entrego a mis alumnos. Por lo mismo, surgió la idea de participar en el concurso. Me enfoqué en un problema determinado e importante para el colegio: la falta de agua potable; y aprovechando que nuestra escuela se encuentra ubicada al lado del mar, quisimos utilizar y potenciar este recurso (agua de mar) como una solución a nuestra dificultad”, señaló la docente.

Fue así como Jessica junto a sus estudiantes presentaron el proyecto “Potabilizador de agua salada, una alternativa sustentable”, que fue seleccionado como finalista y que a la fecha se encuentra entre las iniciativas con mayor votación del concurso.

En ese sentido, un factor importante para lograr embarcarse en esta aventura ha sido el apoyo que su establecimiento educacional le ha brindado mientras ella formaba parte de ICEC. “Nuestro colegio ha sido de mente abierta y ha dado los espacios para el desarrollo del trabajo en comunidad. Lo que ha permitido que el desarrollo de ICEC en la comuna vaya manifestando de forma pausada, pero bien encaminado. Como comunidad nos encontramos dándole lineamientos a nuestros colegas de niveles más pequeños, o sea, de NT1 (primer nivel de transición) a cuarto básico, para que puedan potenciar su autonomía en el desarrollo de habilidades científicas en el laboratorio. Eso se ha hecho, en gran medida, gracias a la entrega de las cajas Siemens, porque es el material que estamos ocupando para trabajar en el laboratorio”, reflexiona.

“También hay que destacar el acompañamiento que nos han brindado los profesores de ICEC de la PUCV, quienes nos han ayudado a enfocarnos en actividades y en el desarrollo de estas mismas en los diferentes niveles, además del ayudarnos a formar comunidades con nuestros colegas. Esto debido a que todas las actividades que nosotros realizamos en el aula las sometemos a juico y las llevamos a consenso al momento de reunirnos como grupo de profesores ICEC, lo que nos permite ir generando una visión crítica del trabajo docente y que entre todos vayamos perfeccionando nuestras prácticas”, añadió.

Pero el programa ICEC no sólo ha generado impacto entre los profesores participantes, sino también ha ido enriqueciendo la labor de cada de unos de los educadores que ha formado parte del equipo organizador de la PUCV.

Así lo reconoce Gabriel Caro, profesor de Biología y Ciencias Naturales titulado hace no más de un año y que formado parte del programa desde sus inicios. “Desde lo personal, el formar parte del equipo de comunidades de aprendizaje contribuye mucho en mi formación continua, porque los profesores ICEC además de la experiencia que traen, tienen la intención de ser agentes de cambio en sus propios contextos. Además de ello, uno empieza a conocer los distintos focos en los que se trabajan las Ciencias en cada escuela, aprendes de los directivos y de las mismas propuestas que levantan los profesores. Todo este tiempo visitándolos y reuniéndome con ellos me ha permitido valorar más aún el trabajo docente y el esfuerzo que hacen, por sobre las dificultades que presenta el sistema, de desarrollar un trabajo creativo y motivante para sus estudiantes. ¡Imaginemos qué pasaría si existieran mejores condiciones para trabajar en comunidad!”, indicó.

“Es por ello que tenemos un desafío grande y es que, de alguna manera, se pueda aportar desde la organización a preservar este trabajo en comunidad. Algunos profesores cuentan con horario completo destinado a trabajo en sala y, aun así, entre los consejos de profesores, las reuniones por departamento o por nivel, la evaluación docente y todo el trabajo que se llevan para la casa deciden igualmente reunirse como escuela, comuna, y como comunidad ICEC. Lo ideal sería sostener este tipo de trabajo y que los profesores puedan armar sus propias redes y comunidades de aprendizaje. Al final es para el desarrollo profesional y más importante aún para impactar en un mayor y mejor aprendizaje por parte de los estudiantes”, concluyó Gabriel.

Idea con la que coincide Mercedes Ahumada, evaluadora externa del programa ICEC en la PUCV. “Sabemos que hay un par de comunidades que están funcionando muy bien y esperamos que las comunidades de aprendizaje se vayan consolidando cada vez más, porque al final, esas son las metas en las que debemos tener puesto todos nuestros esfuerzos. Más allá de la formación, que los profesores puedan trabajar desde la indagación, la idea es que lo hagan no solamente a nivel individual, sino que generando las redes de aprendizajes que se requieren para que ese modelo también lo transfieran a sus propios estudiantes. Yo creo que ha habido un muy buen esfuerzo por parte de los facilitadores, han acompañado muy bien, la gente de gestión también ha hecho lo suyo, y entre todos han permitido que sea un proyecto que a la PUCV le da identidad porque en otras universidades el programa no ha dado los mismos resultados”, señaló.

Y es que, precisamente, el sentido de incorporar la indagación al quehacer de los profesores, de potenciar el trabajo en comunidades, y del programa ICEC en sí, no es sólo contribuir al desarrollo profesional de los docentes, sino que estos se transformen en agentes de cambios que puedan enriquecer sus colegios y apostar por cambiar la educación en Ciencias de nuestro país.

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